Luis Armando Jocol, quetzalteco, es una persona cuya persistencia por alcanzar sus sueños y con mucha pasión por derrochar en lo que más le gusta lo llevó a una etapa de su vida con la que apenas había soñado y anhelado durante muchos años. Aquí te contamos esta inspiradora historia de éxito.

Con corta edad, recién salido de la adolescencia, Luis Armando tenía el profundo deseo de continuar con sus estudios profesionales y lograr algo grande por su vida sin percatarse de lo que ya estaba desarrollando hasta que un profesor se acercó a él y lo retó. Bastó una invitación a que participara en un competencia estudiantil en la disciplina de la química para que su vida diera un giro inesperado.

Su fe era corta pero su pasión era de dimensiones abismales. Después de que el profesor lo motivara continuamente, aceptó el reto y participó en las olimpiadas nacionales de química a nivel departamental, de su amado Quetzaltenango. Evento donde con mucho esfuerzo pero también con amplio conocimiento obtuvo el segundo lugar, razón suficiente para volver a repetir la audacia pero en esta ocasión a nivel regional. Una gran cantidad de talentosos alumnos con gustos por la química de diversos centros educativos de Huehuetenango, San Marcos y Quetzaltenango no fueron obstáculo para que esta vez obtuviera el primer premio.

La ambición por el éxito estaba ahí, en él, sin que lo supiera hasta ese momento. Seguro de no querer detenerse, Luis Armando lo volvió a hacer. Esta vez entre 10 alumnos de los más destacados a nivel país obtuvo el primer lugar.

Las más grandes esperanzas nacieron en él. Sin saber cómo ni por qué, conoció a la persona que tiempo más tarde se convertiría en familia, inspiración y en su mentora: Doña Isabelita Gutiérrez de Bosch.

Ella, con una gran ilusión de ver a tantas personas deseosas de educación pero con la preocupación de qué sucedería con aquellos estudiantes de recursos limitados, no se quedó de brazos cruzados y así fue como creó la que sería la primera beca del “Programa de Becas Universitarias” de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez la cual benefició en su totalidad a Luis Armando quien seis años después se graduó como ingeniero químico.

Además, desde el 2004, Jocol inició sus pasos dentro de Corporación Multi-Inversiones con las prácticas que su carrera requirió en su momento ingresando a Toledo, de la Unidad de Negocios Industria Pecuaria, durante un corto tiempo para continuar con su deber universitario en Pollo Campero como encargado de un departamento. Un año y medio después fue contratado ya formalmente por el Pollo Campero y actualmente ya ocupa una gerencia dentro de las Unidades de Negocio de CMI.

“Yo creo que los retos ahí están. Depende de uno, de qué tamaño quiere ser uno dentro de la corporación. Es de mucha disciplina, mucha pasión, de mucha voluntad pero los frutos se ven y así es como he ido creciendo en CMI. Puedo dar testimonio de que las personas que trabajan duro, se esfuerzan y que saben trabajar en equipo tienen la oportunidad de crecer”, Luis Armando Jocol, beneficiado del Programa de Becas Universitarias de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez.

 

COMPARTE ESTA HISTORIA: