La vida de Paula tomó un giro de 180º desde que su madre vio un anuncio en la prensa sobre el programa de becas universitarias de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez.
Su mamá la motivó a realizar el proceso para aplicar a las becas de la Fundación y consiguió un cupo para estudiar lo que más deseaba: ingeniería en la Universidad del Valle de Guatemala. Ese año, era el segundo que la fundación extendía este beneficio y el primero en que se lo daba a más de una persona.
Actualmente, es ingeniera química y desde hace 10 años su carrera profesional ha tomado forma y ha crecido bajo los valores con los que fue recibida en la Unidad de Restaurantes Centroamérica, de CMI, en donde comenzó formando parte del área de gestión del cambio y ahora ejerce como gerente de categoría, en abastecimiento estratégico.
Paula cree en el poder interior que uno tiene para cambiar el mundo y para hacer las cosas bien y éste es percibido por las personas que nos rodean. Indica que estas acciones son como pequeñas semillas que se van cultivando en la comunidad donde uno está, en la comunidad que uno pertenece, con las personas que se rodean y estas florecen como un ejemplo y como una inspiración para hacer de Guatemala un mejor país.