Samantha Catun es un ejemplo más de cómo si eres una persona que se prepara desde muy temprano en la vida, el éxito puede seguirte a donde vayas y ser una guía constante en el diario vivir.
Nació en el municipio de Cobán, Alta Verapaz y desde pequeña se propuso salir adelante haciendo algo importante por ella. Desde que estaba en el colegio siempre fue una estudiante que brilló por su entrega en los cursos e incluso participó en las olimpiadas de ciencias desde primero básico hasta que concluyó con la educación media.
Su excelencia era tal que era imposible no notarla, por lo que un maestro se acercó a ella y le comentó de un alumno de ese mismo colegio que había sido excelente en su rendimiento académico y por ende consiguió una beca universitaria de parte de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez. La idea la entusiasmó tanto que con la ayuda de ese catedrático investigó cómo era el proceso y cuáles eran los requisitos para optar a una.
Ella entregó su papelería y describe ese momento como uno de los más ansiosos por los que ha pasado al ver una gran cantidad de estudiantes talentosos, también del interior del país, que iban en busca de esa misma oportunidad. Eso le generó inseguridad sobre si ella era capaz y si sería la beneficiada.
Sin embargo mantuvo la esperanza. Cada etapa del proceso la alcanzó hasta que finalmente la llamaron para que se presentara en la fundación para sostener una entrevista con doña Isabel Gutiérrez de Bosch.
“Ese día no lo voy a olvidar ni la emoción que sentí en ese momento porque me cambió la vida, mi sueño se estaba haciendo realidad”, recordó. Doña Isabelita le dijo: “mija, te ganaste la beca”.
Samantha estaba lista para dejar atrás a su familia momentáneamente para pasarse a vivir a la ciudad y comenzar a estudiar ingeniería electrónica en la Universidad del Valle de Guatemala. Algo que consideró uno de los retos más grandes que ha vivido, pues el dolor de ya no estar cerca de su papá, quien la acompañó en cada viaje que debió hacer para cumplir con el proceso de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez, de su madre y de sus hermanos, además de aprender a vivir de una forma tan diferente a como se acostumbra en el pueblo donde vivió.
A pesar de eso, ella no podrá olvidar lo que, compañeros de la universidad y de la fundación, fueron de apoyo durante su adaptación y a lo largo de sus estudios.
Actualmente está a meses de concluir con su carrera y ya tiene dos objetivos importantes a ejecutar: en algún momento desea ayudar a sus papás por todo el esfuerzo que hicieron por ella y el de alguna forma lograr que muchas guatemaltecas puedan optar a estudiar ese tipo de carreras universitarias e impulsar el desarrollo tecnológico en manos de las mujeres.
“Creo que con todo lo que uno realice si uno lo hace de corazón y con pasión, nosotros estamos haciendo un cambio en el país. Si uno busca las oportunidades uno las puede encontrar”, Samantha Cuten, beneficiada del programa de becas universitarias de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez.