Samuel Chávez es un joven que nació con la visión de un emprendedor, que brotó desde el primer momento en que tocó un Nintendo que su papá le había regalado. Con una corta edad pero con pensamientos muy lúcidos, Samuel por primera vez sintió el deseo de estudiar computación y algún día crear sus propios videojuegos.
Después de sentirse inseguro y de pensarlo por mucho tiempo, una maestra del colegio donde estudiaba se acercó a él y lo convenció de aplicar al “Programa de Becas Universitarias de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez.
Un tiempo después y en compañía de su familia, recibió una carta de la fundación y la abrió, la respuesta estaba ahí. Samuel había sido beneficiado por una beca completa y comenzaba a estudiar su carrera profesional al año siguiente.
“Lloramos y gritamos de la emoción, nunca había visto brincar y llorar tanto a mi mamá”.
Tal y como lo sintió en el corazón aquella vez que por primera vez jugaba con una consola, estudió ingeniería en Ciencias de la Computación en la Universidad del Valle de Guatemala y no solo se graduó con altos honores sino que su promedio es considerado uno de las más altos de ese centro de estudios superiores. Además, obtuvo el primer lugar en física en la olimpiada nacional y una mención honorifica en matemáticas.
La beca ayudó a que se realizara en esa parte de su vida y aprendió algo más importante sobre el enfoque social que le inculcó el programa de la fundación que le dio una perspectiva diferente de la realidad del país.
Por ello, Samuel nunca hizo ningún videojuego como se lo había propuesto en su niñez. Él hizo mucho más. Junto a su hermano en 2013, desarrolló el software educativo “Edoo” el cual consta en ponderar a los alumnos de diversos centros educativos a través de sus talentos y sus cualidades y no por medio de indicadores numéricos para asignar una nota. De esa manera, el catedrático podría detectar características potenciales en los individuos tales como si es un buen líder, si sabe comunicarse y escuchar, cuáles son sus destrezas para resolver sus problemas, entre otras aptitudes.
Los hermanos Chávez consideran este tipo de evaluación como una forma valiosa de aprender, en la que los niños no se enfocan en obtener una nota o en ganar un curso sino en explotar esas cualidades y a descubrirse mejor como científicos, como artistas, como deportistas, etc.
Hace un año dicho proyecto comenzó con 50 estudiantes de un colegio. A la fecha, ya son 10 los centros educativos que han empleado “Edoo” y esperan iniciar el 2017 con más de 6 mil alumnos utilizándolo.
Samuel ya tiene su propia empresa, ha generado 10 empleos y asegura que no lo han logrado todavía y que apenas están empezando a trazar un gran futuro.
“Así de duro es el fracaso, así de duro es entender que uno hizo mal pero hay que levantarse, eventualmente… las fuerzas para hacerlo llegan. Esta es una historia de muchos fracasos pero con aprendizaje”, Samuel Chávez, beneficiado del programa de becas de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez.
Mayor información del proyecto Edoo www.edoo.io y [email protected]