El éxito es un estado mental, emocional y profesional que alberga a un pequeño grupo de personas. Aquellas que están dispuestas a anteponer el esfuerzo que el descanso, el sufrimiento que la comodidad. El éxito persigue solo a aquellos que aún en el momento más difícil por el que hayan atravesado en su vida no pierden la visión de quiénes son y a dónde quieren llegar.
Este es el caso de William Saenz, a quien las situaciones adversas por las que pasó su familia y los recursos económicos limitados, no entorpecieron su camino en la búsqueda de su sueño: estudiar.
Siempre con un plan B entre manos, William tuvo la oportunidad de optar a una beca de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez por su excelente rendimiento académico en el colegio. Sin embargo, el deseo de apoyar a su madre, quien era la única responsable del sostenimiento de su familia conformada por 4 hermanos, lo llevó a considerar en pausar por un tiempo sus estudios y buscar un trabajo con el que pudiera apoyar en casa pues ya se habían recortado muchos gastos.
Poco tiempo después, fue convocado a la fundación para una entrevista con la junta directiva y doña Isabellita Gutiérrez de Bosch, quien se encargó de decirle a William que se había hecho acreedor de una beca completa para que estudiara la carrera que deseara en la universidad de su preferencia.
Actualmente, William está en el último año de arquitectura y ya trabaja formalmente para una firma de arquitectos desde hace un año y medio. Su talento empieza a hacerse notar con más de 5 nominaciones a mejor proyecto durante 5 semestres consecutivos y se espera que vuelva a ser nominado durante este mes.
Las oportunidades para él y su familia son otras gracias al apoyo que recibió de la fundación.
“Se puede ver que la necesidad por la que estábamos pasando quedó atrás y ahora estamos bien gracias a Dios. Ahora lo que quiero hacer es luchar para que mis hermanos continúen sus estudios también”, William Saenz.
Esta aventura lo ha motivado para convertirse en un ejemplo para sus 3 hermanos y que puedan continuar con sus estudios profesionales, así como el de inspirar a los jóvenes que conozcan de su caso para que luchen por lo que sueñan y no se detengan pues en cualquier momento puede presentarse la oportunidad que han esperado para salir adelante y lograr cualquier cosa.
“Mi experiencia puede ayudar a muchos jóvenes en Guatemala para saber que sí se puede llegar más allá, que no se conformen con lo que tienen sino que pueden llegar más allá”, actual beneficiado del programa de becas de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez